La población de Canfranc se sitúa entre los montes de Aspe y la peña Collarada, a 1045 metros de altura. El paso de Somport es un paso natural que une España y Francia por el Pirineo Central, utilizado desde las primeras invasiones Celtas y siendo itinerario del Camino de Santiago. En 1915 se empezaron los trabajos y se realizarían cuatro grandes obras: La estación se construyó a 4 kilómetros del pueblo de Canfranc y alrededor de la obra se construyeron las viviendas y servicios necesarios para alojar a todo el personal que trabajaba en la obra. Por eso se dice que en Canfranc estación fue primero la estación y luego el pueblo. Se eligió esta ubicación ya que debido a la estrechez del valle resultaba una posición militar estratégico donde era fácil donde instalar defensas. El 18 de Julio de 1928, el rey Alfonso XIII y el presidente de la república Francesa Gastón Doumergue, inauguran la línea que comunicaría España y Francia a través del recién construido túnel de Somport en la estación Internacional de Canfranc. En el año 1943 la estación fue testigo del paso 74 toneladas de oro, 4 de plata y 44 de armamento procedentes del expolio Naci a los judíos. En España se quedaron 20 toneladas de oro a cambio de Wolframio, que era un mineral utilizado para blindar los tanques alemanes, y que Franco suministro en pago a la ayuda que Hitler le ofreció en la Guerra Civil. El cierre de la línea fue debido a un polémico accidente en la vertiente francesa el 27 de marzo de 1970. Un convoy de mercancías que atravesaba el Pont del Estanguet traccionado por dos viejas locomotoras de 1922 y nueve vagones cargados de maíz, las ruedas patinaron sobre los raíles cubiertos de hielo. Al frenar el tren, los maquinistas bajaron para rellenar de piedras los areneros que estaban casi vacíos y fue entonces cuando los frenos fallaron y el convoy empezó a descender fuera de control y se abalanzó sobre el puente del Estanguet. En la actualidad la fachada de la estación se conserva perfectamente tras la sustitución de todo el techo, pero interiormente tan solo esta restaurado el vestíbulo principal, estando la parte española y gala sin ningún tipo de compartimentación y quedando un espacio abierto desde el vestíbulo hasta cada extremo de la estación.
El gobierno español proyectó una estación majestuosa que mostrara a los viajeros que venían de Europa una imagen de seriedad y modernidad del país. La estación se dividía en dos partes simétricas: la española y la francesa. Ambas partes tenían restaurantes, bibliotecas, servicios de aduana, correos, oficinas, hospedaje para los empleados y el hotel Internacional.
La explanada donde se construyó la estación mide 1200 metros de largo por 170 de ancho y el edificio tiene una longitud de 241 metros.
No se tardó en desmontar la parte francesa de la estación y se dio cobertura a la línea mediante autobuses, quedando solo en uso la parte española de la línea Zaragoza-Canfranc mediante automotores de tracción diésel quedando anulado el paso fronterizo mediante ferrocarril.
En las vías se conserva mucho material remolcado, parte a la intemperie y parte en los viejos almacenes de la estación esperando poder ser restaurados y expuestos en el que sería un perfecto enclave para un museo ferroviario.